LOS NIÑOS

El poema que les comparto hoy fue escrito en el verano del 2020, inspirado en las emociones que en cualquier momento nos inspiran los niños y que llenan de felicidad la vida de cualquier adulto. Yo tuve la fortuna de experimentar bien de cerca estas emociones y felicidad con la llegada de mis dos hijas y posteriormente de mi nieto Evan Joel.

Sin embargo, en la decisión de publicar hoy mi poema, influyó no solo mi deseo de compartirles mi canto a la niñez, sino también la tristeza que nos causó esta semana una tragedia, inimaginable para cualquier mamá o papá, en la cual la mente enferma de un adulto joven decidió terminar con la vida y los sueños de 19 niños y dos profesores, y dejar heridos a muchos otros, en una escuela elemental de Uvalde, Texas, USA.

Esta tragedia, que con vergüenza debemos reconocer es tan solo una más de las muchas que últimamente y con demasiada frecuencia se suceden sin que actuemos de modo efectivo para evitarlas, tiene muchos ángulos de debate que principalmente incluyen la falta de mecanismos apropiados para reconocer y atender a tiempo problemas de salud mental y la falta de controles efectivos para evitar que personas mentalmente enfermas fácilmente puedan adquirir armas de fuego y utilizarlas para causar tragedia y dolor. Sin embargo, al compartirles estos versos sugiero que pongamos el debate a un lado y que tan solo acompañemos a los heridos y a los familiares y amigos de las víctimas mortales con empatía y genuinos buenos deseos por que la paz regrese pronto a sus vidas.

LOS NIÑOS

Al pensar en mi poesía, reconozco con pesar,
que tan poco de los niños me había atrevido a cantar,
solo espero no sea tarde para mi error enmendar,
así que, en rima sencilla, tratare aquí de inspirar,
con sus mundos pequeñitos, sus mentes en expansión,
con la ternura que inspiran, que nos roba el corazón,
comienzan desde bebés, con ojos descubridores,
movimientos repentinos y gestos cautivadores,
ávidos por alimento, igual que por atención,
felices que los arrullen con una suave canción,
tal parecen querubines, de ángeles son cortejo,
mientras duermen sueños bellos y sonríen por reflejo,
luego saltan de la cuna al mundo que los rodea,
su curiosidad es sin límites, temerarias sus ideas,
igual subiendo escaleras o escondiéndose en rincones,
muestran que poco conocen de cobardía o de temores,
gatean, caminan, corren, exploran el día entero,
y al final con sus rabietas colman nuestro desespero,
entonces llega la edad de la escuela y el colegio,
y se van arregladitos, uniformados, muy serios,
tienen días ocupados entre clases y recreos,
y ya de vuelta a la casa solo hablan de amigos nuevos,
del profesor, las tareas, de todo lo que aprendieron,
de su nueva independencia, del mundo que conocieron,
y así se van sucediendo, esos, sus años mejores,
sin consciencia de tristezas, dolores o sinsabores,
esas viven en sus padres, llenos de preocupaciones,
mamá cuidando sus fiebres, papá buscando millones,
mientras, se va la inocencia pues los niños se crecieron,
hasta que un día cualquiera en muchachos se fundieron.

“Abajo están los enlaces a los poemas que ya han sido publicados en YouTube. Por favor comparte los videos con tus familiares y amigos, y así, sin ningún esfuerzo, ni costo, me ayudarás a difundir mi poesía. Gracias, Joven Ela”
La amistad, Oh, ¡que regalo!

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